Preservar nuestra fauna
Playero rojizo, ave insignia del corredor atlántico
Los playeros rojizos son más que aves pequeñas que viajan en los cielos del continente americano. En cada playa donde paran para abastecerse o para procrear, generan la comunicación con biólogos, fotógrafos, turistas, estudiantes, reporteros, investigadores, docentes, alumnos…
Un playero rojizo fue anillado en 1997 en Río Grande (Santa Cruz, Argentina) por la bióloga Patricia González con el código B-95.
El playerito vivió más de 20 años y sorprendió al mundo porque voló una distancia a la luna. Fue B-95 el ave que rompió su propio récord.
Miles de estas pequeñas aves realizan una parada para alimentarse y descansar en la Bahía de San Antonio (Río Negro, Argentina) entre finales del verano e inicio del otoño, y luego siguen el vuelo hacia el ártico canadiense a sus zonas de reproducción.
Playero rojizo fue declarado ““Ave Símbolo de la Bahía de San Antonio” (2014). Personas comprometidas trabajan en la conservación de estas y otras aves y organizan actividades de concientización en el Festival de Aves Playeras Bahía San Antonio.
El club de observadores de aves El COA Kius de San Antonio oeste (Río Negro) es una entidad asociada a la red de Aves Argentinas y a la Fundación Inalafquen.
En la Bahía y en muchos lugares del mundo hay una mágica sinergia entre los playeritos y quienes los monitorean.